Resumen: La opción por el celibato conduce a centrar el dinamismo afectivo de un modo muy particular en el vínculo amoroso con Dios y en la pasión por la construcción de su Reino. Pero estos dos ejes esenciales de la vida afectiva de la persona consagrada se desenvuelven en el seno de una comunidad y en el mantenimiento de unos vínculos interpersonales (grupales, de amistad, de eventuales enamoramientos) a los que se presta atención en el presente trabajo, sin olvidar tampoco un apartado especial para abordar la cuestión de la homosexualidad.